domingo, 27 de marzo de 2011

Cosecha del 81


Un cumpleaños es una ocasión perfecta para cocinar saliéndote un poco de la rutina. Si ese cumpleaños es el de tu hija y si, además, cumple 30 años, la motivación por hacer algo rico se convierte en un verdadero reto.

Sara facilitó mucho el "¿qué hacemos?" con un "me gustaría una comida ligera sin carne. Papá, no te compliques". Le pedimos que decidiera el segundo y pidió rodaballo. Lo demás sorpresa.

Antes de sentarnos tomamos una copa de cava rosado muy fresco, Anna de Codorniú, al que acompañamos con unos aperitivos entre los que destacó un queso manchego curado y unas aceitunas malagueñas que nos pusieron en la pista de despegue.  Ya en la mesa, abrimos una botella de un aceite de oliva espectacular con el que mojamos  trocitos de pan de leña recién hecho. Placer de dioses. ¿De dónde saca este aceite ese olor a hierba fresca?. Se trata del  Primero de Castillo de Canena de la variedad Royal que solo se siembra en la Sierra de Cazorla. Muy aconsejable.

Seguimos con dos entradas:  Unos erizos de mar, ya casi acabando la temporada, abiertos y limpios para que destacaran las 5 gónadas anaranjadas, que nos dejaron con ganas de comernos otros tantos. Y un chupito de ajoblanco de coco con vieras a la plancha del que luego os cuento la receta.  Seguimos tomando el cava rosado.


Antes de emplatar el primero, servimos un Dominio de Tares Cepas Viejas del 2007 que estaba en su punto. Muy frutal y goloso al mismo tiempo. ¡Cómo es esa Mencía!. La ensalada de papaya con perdiz escabechada nos refrescó a pesar de la potencia de sabores.

Y, por fin, el plato elegido por Sara, el rodaballo al horno. Y ocurrió lo que tenía que ocurrir cuando el cocinero coincide con uno de los comensales y además le gusta hablar. Se pasó un pelín de horno y la parte de arriba sufrió las consecuencias. Afortunadamente era una pieza hermosa y quedó bastante aceptable. Lo acompañamos de un puré de patatas que mezclamos con el aceite de oliva que hemos comentado y un punto de pimentón para darle el toque gallego.

Un helado de yogur y un café suave dieron paso a un gintonic de Seagrams y la entrega de regalos cuyos detalles resultan irrelevantes en este foro. Pero sí me gustaría contar que uno de los regalos fue la  botella de la foto, un Viña Ardanza cosecha del 81, su año de nacimiento.

2 comentarios:

  1. No puedo estar más orgullosa de mi padre. Esa comida gourmet forma parte de una serie llamada: los domingos degustamos con placer las recetas de papá. Yo siempre digo sí a: CENAMOS (o comemos) EN CASA.

    Sara

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  2. please añade al menu de la nochebuena proxima los erizos de mar. Me encantan!

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